jueves, 22 de enero de 2009

Apuntes, despuntes y pespuntes numismáticos.

Existe una rara costumbre que no comprendo pero a la cual me he rendido sistemáticamente: arrojar monedas a una fuente para pedir deseos. Si se pasa por la Fontana di Trevi, es inevitable sentirse un poquito Mastroianni y escuchar la voz de Anita que te dice: "vieni, Marcello..." y ahí vas, con una moneda en la mano y la dignidad en la otra, bien guardada en el bolsillo.

Tenía una alcancía a la que hace poco le llegó el final. El chanchito había quedado sin lomo después de una caída, y brillaban un montón de monedas en su interior. Con voluntad las conté (había muchas), las metí en una bolsa y las llevé a un bar amigo para que me las cambiaran. No las quisieron. Tenemos muchas y no sabemos qué hacer con ellas, dijeron con gran simpatía, y las rechazaron.

Hace unos años, me contaba un amigo, en Italia faltaban monedas. En los quioscos te daban un papelito -una especie de Patacón centesimal- que circulaba reemplazando las monedas. De qué época estamos hablando, le pregunté. Hace como 30 años, me enmudeció.

En Argentina podríamos ser pioneros -una vez más, después del colectivo, la birome y el dulce de leche- e introducir una nueva costumbre: arrojar billetes a las fuentes para pedir deseos. Deberíamos pensar un poco mejor el tema de la intrínseca incapacidad de los billetes de dos pesos para flotar sin arruinarse, pero ese es otro tema.

5 comentarios:

Fernando Salceda dijo...

Después de la innovación vendrían nuestras cosas de siempre.
En cada fuente porteña habría un par de atajadores que no dejarían a los billetes llegar a tocar el agua siquiera; días después, un funcionario se enteraría del tema y les cambiaría a los atajadores el permiso para seguir atajando por un porcentaje de lo atajado, posiblemente poniendo a disposición del negocio a un par de muchachones que "inviten amablemente" a los turistas a dejar caer los billetes.

Gran abrazo.

Anónimo dijo...

No necesitan ser impermeables!!!directamente al lado de las fuentes,una fotocopiadora...Eso sí:cobrar los lo que realmente valen.Un beso Elena R.

Unknown dijo...

y te acordás en Salta, en el monumento a Güemes?? ahí había una fuente toda enrejada, eso si... con monedas, poquitas, pero monedas, nada de billetes!!!

Javier Cuadrado dijo...

Podriamos hacer como en Brasil que algunos billetes de reales son de "plastico" y a prueba de agua. Aunque tal vez acá algún "genio" opte por cambiar la fuente por otra cosa :)

Anónimo dijo...

Esos amigos tuyos del bar son unos atorrantes. Como estaban detrás de la barra no te diste cuenta que tenían los pantalones mojados.
Así a cualquiera le sobran monedas.
Que atropello a la ilusión!!!
Mefistófeles