miércoles, 7 de enero de 2009

Apuntes, despuntes y pespuntes de autores.

No seré yo quien contradiga a Eladia Blázquez, pero cada vez que escucho su "Honrar la vida", me entra el miedo y la duda. Sus palabras me suenan un poco exageradas, y tal vez hasta sospecho un dejo de arrogancia; pero así son los artistas.

Temo y dudo porque no sé desde qué momento se comienza a honrar la vida. Posiblemente sea algo demasiado personal, así que doy por hecho que la estoy honrando y me dedico a vivirla.

¿Y ahora? ¿Qué es vivir? ¿Cómo se hace? Hago como quiero y como puedo, y se terminó. A otra cosa. Ya se verá.

Entonces vivo cuando me encuentro con amigos. Vivo cuando hay una buena cena o cuando como lo que hay. Vivo mientras miro la tele en el sofá, con un buen mate y mejor compañía. Cuando sale el sol y deja de llover o cuando llueve y me quedo en casa. Cuando escucho buena música -que copio- y sumo y sigo...

Releyendo para seguir y terminar, no parece tan complicado vivir, aunque sospecho que es sólo una ilusión. O tal vez no. Quizás la dificultad está en eliminar el ruido, quedarse con lo que sirve, con lo que vale, con lo esencial, y con lo que sobra que hagan canciones y las registren en SADAIC.

1 comentario:

Fernando Salceda dijo...

No están mal esas canciones como la de Eladia. Lo que a mí me hace ruido es que estén escritas por gente que no honra la vida de la misma forma que lo predica en la canción. No digo que sea el caso de ella, pero no es la única que pontifica desde la poesía musicalizada.
Una vez me tocó ver a uno de estos que dan clases con sus canciones insultando de arriba a abajo a un policía que le impedía el paso como se lo impedía al resto de los ciudadanos a los cuales este muchacho alecciona con la guitarra en la mano cada vez que le da por cantar.
Por fin se actualizó el blog, estabas muy vago. Cualquiera diría que tuviste a un plomo de visita en tu casa para las fiestas y nada de tiempo ni ideas para escribir antes.

Un gran abrazo.