martes, 5 de mayo de 2009

Apuntes, despuntes y pespuntes nostálgicos.

Me emociono cada vez que escucho a Serrat poniéndole voz a Antonio Machado. Si bien la música y la letra de "Cantares" son maravillosas, me conmueve mucho más la historia del poeta español.

Terminó su vida en Francia, después de varias peripecias que lo acorralaron junto a los republicanos que luchaban por la democracia perdida. Pasó la frontera enfermo, y al poco tiempo -también de pena, parece- murió.

Imagino las charlas con sus compañeros republicanos, antes y después del golpe franquista. Proyectos, modelo de país, libertades, modernidad, arte, futuro. ¡Cuántas charlas de sobremesa, antes, o de sufrimiento, después!

No tuve que imaginar, sin embargo, porque la vi, una charla que asemejaba a la sobremesa de algún restaurante de Palermo (cerca de Plaza Italia). Parecían dos nostálgicos amigos haciendo planes para su futuro, divertidos, a solas, aunque en televisión.

Y me acordé de Machado. Luchó por la democracia con su cuerpo y su cultura. No se escondía detrás del latín ni del tono campechano para proyectar su modelo de país, o mejor, de República.

Tengo una sensación amarga, contra la que combato día a día: la democracia es defendida por casi todos, sin distinción, mientras está vigente. Cuando deja de estarlo, en cambio, pareciera que algunos no se sienten demasiado incómodos; y los que luchan para recuperarla -aunque tal vez me equivoque-, son siempre los mismos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ahijuna, velay, canejo..ese que escribe es mi "pendejo..."
Arturo

La griega dijo...

Sabés no creo que ni siquiera defienden "la democracia", la gran mayoría defiende sus intereses(monetarios y de poder claro),si es en democracia mejor,porque es lo políticamente correcto, y si no, bue que se le va a hacer, mientras no les toquen la quintita, que la defiendan y la recuperen otros (pocos y siempre los mismos como bien decís vos)..

Dice Miguel Hernandez en un fantástico poema "Los cobardes"
Hombres... en el corazón son liebres,
gallinas en las entrañas,
galgos de rápido vientre
que en épocas de paz ladran
y en èpocas de cañones
desaparecen del mapa...

Saludos

Mauricio Monte dijo...

Otro, Hernández, que murió en la cárcel luego de salvarse de la pena de muerte aunque no del franquismo y su condena a 30 años. Y son siempre los mismos... allá, acá y en todos lados.