jueves, 16 de abril de 2009

Apuntes, despuntes y pespuntes sísmicos.

No hace falta ser muy dotado para darse cuenta de que estamos a merced de la naturaleza. Nada podemos hacer cuando a esta imponente señora se le ocurre algo. Lo que sea, lo que venga, a cualquier precio.

Tampoco hace falta ser muy dotado para saber que existen medidas para mitigar, contrarrestar y hasta para evitar las consecuencias de los desastres naturales. Desde chicos sabemos que basta el soplido de un lobo para que una casa de paja deje al cerdito sin techo y refugiado en la casa de su hermano, el albañil.

Albañiles honestos y capaces harán falta para reconstruir los pueblos destruidos por el terremoto en Italia. Constructores que no utilicen la arena del mar (con cloruro de sodio incluido) para construir cimientos que se desgranan, con hierros carcomidos por la sal marina y paredes que no soportan el peso -no están preparadas para eso- y "explotan" hacia la calle.

Hasta aquí el pasado. El presente es, entre otras cosas, la enorme cantidad de carpas, con miles y miles de personas sin hogar. La vida en las "tendopolis", como llaman aquí a los campamentos, intenta adquirir normalidad, aunque sin lograrlo.

Berlusconi no ha faltado un solo día. Visitó la zona, nadie lo acusó de demagógico y nadie criticó su intención -discutible- de desdramatizar la situación. Tal vez no haya sido adecuado cuando describió como "día de camping" la estadía en las carpas, pero es un tema menor frente a un drama que, para la gran mayoría de los sobrevivientes, es el futuro que recién comienza.

3 comentarios:

Fernando Salceda dijo...

Lo que pasó en Italia fue terrible y es como decís: estamos entregados a la Naturaleza.
También es cierto que hay cosas que se pueden hacer para paliar los efectos, entre ellas controlar a los inescrupulosos que construyen viviendas de papel en una zona sísmica.
Es verdad que ocurren catástrofes y tragedias en todos lados, pero también sería bueno que algunos no se confundan y tengan en cuenta que una cosa es un terremoto y otra muy distinta es, por ejemplo, una epidemia de dengue, una enfermedad del siglo XIX.

Lindo texto, un abrazo.

Patricio Insua dijo...

Mauricio, una muy linda pieza, como siempre.
Es muy triste lo que pasó, ver el sufrimiento de la gente que perdió mucho materialmente y seguro más afectivamente.
Tuve la oportunidad de escucharte en radio Continental con Víctor Hugo a poco de haberse producido el sismo y tu descripción nos daba una idea de la situación acontecida.
Tengo entendido que el estado italiano lleva muy bien la ayuda a los damnificados, pero, por mi parte, no puedo dejar de señalar al desagradable de Berlusconi, siempre presto a lanzar esas inoportunas y desagradables frases que sólo puede pronunciar quien con muchos millones y poder cree que la vida de los demás vale nada en comparación la suya, siempre ostentosa para dejar bien claras las diferencias.

Mauricio Monte dijo...

No seré yo quien defienda a Berlusconi (ya tiene muchos que lo hacen y no les va nada mal), pero esta vez, sus frases sólo parecieron desafortunadas. Fue entre la gente, en una charla "mano a mano", y hablaba fundamentalmente a los niños, tratando de desdramatizar. La mayor parte de las veces, Berlusconi hace y dice cosas que producen mucha verguenza, no fue este el caso, creo yo.

Gracias por los comentarios.