martes, 23 de septiembre de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes azabaches.

Comentábamos con Javier el viejo chiste de los zapatos de charol que un pobre muchacho temió rajados durante un baile movidito. El tema surgió porque había salido a comprar un par de zapatos hacía unos días. Los más nuevos que tenía (prácticamente sin usar) eran de color caqui, y aunque él usó un adjetivo bastante más colorido y bastante menos delicado, serían demasiado vistosos para recorrer el camino hacia el altar.

Así que yo hoy también salí a mirar zapatos. Mirar, ese era mi único objetivo. No tenía la más mínima intención de comprar algo. Pero no he perdido la cordura. No me he dejado llevar por la vorágine consumista, por el despilfarro compulsivo. Lo mío tenía otra intención, más práctica, más concreta, más... más masculina, si se quiere.

Tengo un casamiento en estos días, y otro más tarde; y un par de zapatos nuevos. Nuevos porque prácticamente no están usados. Los compré hace diez años y ahí están, relucientes. Son negros, con cordones, y parece que a pesar del tiempo transcurrido, todavía siguen usándose.

Después de dar vueltas por algunas zapaterías -sin exagerar, porque soy hombre al fin- dos hechos tranquilizaron mis finanzas: la comprobación visual de que todavía se ven en las vidrieras, y la sentencia de mi compañera Mercedes -mujer al fin-, asegurando que mis veteranos zapatos aún son actuales.

Convencido entonces de que los clásicos nunca pasan de moda, listo estoy para darles lustre y dejarlos bien brillantes, espejados. No pretendo utilizarlos para emular el clásico chiste de los zapatos de charol, así que si advierto una mínima rajadura -o lo que sea- durante la fiesta, no tendré miedo alguno. Ya han dado lo que tenían que dar.

7 comentarios:

Unknown dijo...

yo tambien tengo zapatos practicamente nuevos, asi que si quieren invitar...
jajajajjaa
Besos

Anónimo dijo...

OJOOOOOOOOOOOO....Que un par de zapatos como los que mencionás, fueron donados a tu humilde, pobre y miserable padre...(igual No me entran).
Arturo

Unknown dijo...

Arturo que numero son?
Saludos
Negro Caparelli

Anónimo dijo...

che, qué pasa con los zapatos? no entiendo nada :(

Anónimo dijo...

Eh, sí, más vueltas dar para convencerte de que hay que llevar algo nuevo, que no estarán a la altura... y más te das cuenta (menos mal, Mauri) que lo bueno es el caminar garboso que te dan esos zapatos. Como sabemos que no bailas, la fatidíca prueba no la pasaron, pero seguro que te moviste como un caballero en la boda... La próxima te está esperando un poco más allá del mar... Durarán todavía o les darás otro uso en estos meses? Beatriz

Anónimo dijo...

bueno che..., nos has hablado de los zapatos y ... la corbata y la camisa?
mer

Mauricio Monte dijo...

éxito total. fue el primero, pero no el único casamiento al que participaremos juntos, como tantas veces en estos años.
ahora otra duda me asalta: la temperatura de este septiembre casi otoñal, será similar a la del noviembre casi veraniego? qué pregunta!