domingo, 14 de septiembre de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes negacionistas.

Desde hace mucho tiempo tengo la sensación de que el pasado no existe. O cuanto menos, me parece que el pasado nunca queda atrás. Está aquí. Con nosotros. Ahora.

Leía que dos abuelas encontraron a su nieto después de buscarlo durante 30 años. Para la mayoría de nosotros, el 1978 es el pasado -para algunos, hasta es historia-, pero ¿de verdad lo es?

Soy como soy porque tuve un abuelo con cine y otro con panadería. Porque mi madre es maestra, y mi padre también -a cada uno lo suyo-. Porque jugué al fútbol y toqué el piano y el clarinete. Porque conservo los amigos desde que me acuerdo y porque he perdido otros, de los que también me acuerdo.

Soy lo que soy por todo lo que leí, pero sobre todo por lo que no leí. Soy así porque leo a Fontanarrosa, porque leí a Quino y su Mafalda, porque no escucho Radio10 salvo cuando está Dolina. Porque de fútbol sabe Víctor Hugo y no Recondo, porque El Gráfico llegaba a mi casa con mucho esfuerzo, pero lo devoraba con gran facilidad.

Soy, en definitiva, mi pasado. Soy, inevitablemente, este presente. Como el nieto de las abuelas. Esas que no podían dejar de recordar su pasado y que ahora, más que nunca, su ayer es hoy, y sobre todo, mañana.

4 comentarios:

Fernando Salceda dijo...

Sencillamente impecable.

Un gran abrazo.

Unknown dijo...

no hay mas que agregar, me sumo Fernando...

Anónimo dijo...

Cómo no sumarse?! Casi muero de emoción! (y esta vez no exagero)
Ro

La griega dijo...

sí...realmente conmovedor...