miércoles, 12 de noviembre de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes repetidos.

Estaba José de San Martín despidiéndose de su esposa -con un beso en la frente, lo sabemos- antes de partir para liberar América. Tenía su sable corvo lustrado y afilado y su caballo blanco atado en la puerta, listo para salir. Era enero y hacía calor. ¿Por qué te vas ahora?, preguntó su esposa Remedios.

La misma pregunta tuvo que escuchar Bolívar cuando partía rumbo a Guayaquil para entrevistarse con San Martín. Esta vez no fue su esposa quién le preguntó, sino sus más cercanos colaboradores que, después de tantos combates, estaban ávidos de dos cosas: descanso y nuevas hipótesis de conflicto.

Se usa mucho -y no voy a ser menos- repetir que la historia se presenta primero como tragedia y después como comedia. Alguien tuvo la osadía de preguntarle a Karl Marx, autor de esta afirmación, en qué se basaba para sostener esta idea. Ofendido, como era de esperar, con el puño levantado -como también era de esperar-, respondió de muy mal modo.

Es interesante ver cómo en diferentes lugares, aunque en épocas similares, la respuesta a las tres preguntas fue la misma. "Son cosas mías", respondieron Don José, Don Simón y Don Carlos. Es sorprendente ver cómo la historia vuelve a repetirse: "Son cosas mías", justificó Don Julio su negativa a Oscar Ruggeri como ayudante de Maradona, aunque dudo que esta vez se trate de una comedia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

pero che! estoy anonadada, no dejas de sorprenderme! que placer leerte Mauricio Sebastian! Ahora me interesa el comentario del señor Salceda.
Besos, dos o tres nomás.

Anónimo dijo...

Ojo Mauri con las comparaciones, vos recordás aquello de la Biblia y el calefón, no?...Con tamños hombres mezclar al "capo mafia" de la AFA, es casi un sacrilegio.
Arturo

Mauricio Monte dijo...

es que suponía que después de más de 20 años al comando, algún mérito debería tener para mantenerse en el cargo.