domingo, 16 de noviembre de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes vitales.

Es verdad que se ha exagerado mucho -tal vez demasiado- con la palabra y, sobre todo, con el concepto de libertad. Cada uno intenta ejercer su libertad como quiere y puede, pero ¿cuál es el límite? Y además, ¿quién lo decide?

Sin caer en fundamentalismos anárquicos, la propia vida debería ser decidida por su propietario, o sea, por nosotros mismos. Por qué, para qué y fundamentalmente cómo y hasta cuándo seguir adelante son preguntas que sólo yo puedo responder. Es más, preguntas que yo solo quiero responder.

Hace 17 años que una chica permanece en estado de coma vegetativo. Después de 10 años de lucha (7 años después del accidente que le quitó los sentimientos, su vida, la vida), su padre logró que la justicia lo autorice a cumplir con los deseos de su hija y desconectar la sonda que la alimenta y la hidrata. Un tubo de goma, sólo eso, permite que su corazón siga latiendo.

Quiero vivir. Quiero vivir mucho. Quiero vivir bien. Quiero vivir mucho y bien. Quiero ser dueño de mis días. Hasta el final. Hasta que no pueda más. O hasta que no quiera más. ¿Puedo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siiii!!!!mauri,viví con intensidad cada día(sé que asi lo hacés).Alguien dijo:no me perdono no haber sido feliz...(o algo parecido...jaja,soy un desastre!!!nunca recuerdo citas textuales.Besos E.R.