martes, 13 de mayo de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes de artistas.

Debe de haber pocos -muy pocos- momentos en los que pierdo completamente la razón. Este es uno. Estoy emocionado, tal vez mucho más que las 52.000 personas que están en el estadio Olímpico de Roma viendo un partido de fútbol entre cantantes y actores.

El fútbol ya no me emociona demasiado. Los actores y cantantes bastante más. Pero hay un gran artista en la cancha. Y los artistas maravillosos como él, logran atravesar su tiempo y el tiempo, convirtiéndose en inmortales.

Por eso, cuando llegó el momento del penal, quién otro podía tirarlo sino él. Es como si alguien tiene un techo para pintar y ve a Miguel Ángel con un pincel en la mano. Es imposible decirle que no. O estamos tocando con Los Carpinteros en el Club Huracán y se acerca Plácido Domingo a preguntarnos si puede cantar algo. Si es "una que sepamos todos", sin duda se subiría al escenario.

Por eso el árbitro le dio la pelota. Y él la colocó en el punto justo, tomó carrera y empezó el show. La "soltó como una lágrima" diría Víctor Hugo en la cancha de Boca, allá por el 1981; y la imagen que nos muestra la televisión, fue como la de aquel día. Es siempre igual, siempre la misma, eterna, inmortal. Como Diego Maradona.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Que lindo, que tierno!
Quiero ser como Maradona! Quiero tener un poquito de Maradona!!

Mauricio Monte dijo...

¿con panza y más de 40 años te alcanza?

Unknown dijo...

la verdad que emociona tu texto... yo lo quiero a Maradona, pero en la forma que vos hablas de él es imposible no quererlo un poco más.
Besos
Vic

Fernando Salceda dijo...

Plenamente de acuerdo.
No hay nada que sea capaz de paralizarme frente a un televisor como imágenes de Diego jugando al fútbol. Magia sin trucos, el más grande de todos.
Después de las derivadas de lo familiar y lo afectivo, las emociones más grandes de mi vida lo tuvieron a él y sus jugadas como protagonistas. Como dijo Platini, los que ahora son llamados genios del fútbol hacen con la pelota lo que Diego era (es)capaz de hacer con una naranja.
Pero insisto en que sólo me quedo cuando se lo ve jugando; si no, sigo de largo. Es tanta la gratitud que siento por las cosas que nos regaló en pantalones cortos y con la pelota pegada a la zurda, que evito verlo en situaciones en las cuales mi concepto sobre él se iría al diablo.

Gran abrazo.

Anónimo dijo...

ay Mauri!!!no entiendo de futbol, pero lo contaste tan lindo y tan sentido...que me lo transmitiste.Me gusta Diego.Besos.Elena R.

Anónimo dijo...

Una belleza de texto. Poético, metafórico y emocionante. Y con Diego, quien como dice Víctor Hugo es el principal responsable de las mayores alegrías compartidas por el pueblo argentino en su conjunto. Y lo quiero así, como es, con sus cosas buenas y malas, porque no hay ser humano que haya nacido preparado para ser Maradona y él, con defectos y virtudes, logró sobrellevar el hecho de ser la cara más famosa de la humanidad.

Anónimo dijo...

Bueno bueno...toc toc, toc toc....no hay nadie por acá? es como que se está demorando un poco la llegada del próximo texto...tus fans no soportamos tanta espera! volveee...dale...te estamos esperando!!!

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con todos, como dice Elena, aunque yo tampoco entiendo de fútbol ni sé apreciar lo maravilloso de Maradona, acaba por gustarte Diego. Y una no puede dejar de imaginar los momentos de gran placer que habéis debido de pasar todos los que le admiráis. Beatriz