miércoles, 19 de noviembre de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes emocionados.

Volví con la valija pesada de mis últimas vacaciones en Argentina. Traía unas cuantas botellas de vino. De muy buen vino que Alejandro, por interpósita persona -diría un amigo-, me regaló y que acepté no sin antes oponerme con escaso énfasis.

Cuando el vino llegó a mi casa -un día después de mi aterrizaje, ya que mi valija quedó perdida en algún aeropuerto-, puse las de tinto a buen resguardo y la de blanco a enfriar. La tenía ahí, fresquita, para abrirla en un buen momento, en una gran ocasión. Suponía que a este sauvignon del 2007 -un blanco potente y perfumado- le llegaría su hora en diciembre.

Me pareció una exageración encender velas perfumadas. Tampoco puse la mesa con el mantel nuevo, ni los platos modernos, ni las servilletas de color, aunque la situación podría haberlo ameritado. Era, sí, una cena íntima. Un momento especial.

Fueron 90 minutos con los ojos vidriosos. Los recuerdos, la emoción, el pasado, el presente y el futuro. Yo y una estrella: Diego Armando Maradona, que bien se merece un brindis con un blanco de Rutini.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes vitales.

Es verdad que se ha exagerado mucho -tal vez demasiado- con la palabra y, sobre todo, con el concepto de libertad. Cada uno intenta ejercer su libertad como quiere y puede, pero ¿cuál es el límite? Y además, ¿quién lo decide?

Sin caer en fundamentalismos anárquicos, la propia vida debería ser decidida por su propietario, o sea, por nosotros mismos. Por qué, para qué y fundamentalmente cómo y hasta cuándo seguir adelante son preguntas que sólo yo puedo responder. Es más, preguntas que yo solo quiero responder.

Hace 17 años que una chica permanece en estado de coma vegetativo. Después de 10 años de lucha (7 años después del accidente que le quitó los sentimientos, su vida, la vida), su padre logró que la justicia lo autorice a cumplir con los deseos de su hija y desconectar la sonda que la alimenta y la hidrata. Un tubo de goma, sólo eso, permite que su corazón siga latiendo.

Quiero vivir. Quiero vivir mucho. Quiero vivir bien. Quiero vivir mucho y bien. Quiero ser dueño de mis días. Hasta el final. Hasta que no pueda más. O hasta que no quiera más. ¿Puedo?

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes repetidos.

Estaba José de San Martín despidiéndose de su esposa -con un beso en la frente, lo sabemos- antes de partir para liberar América. Tenía su sable corvo lustrado y afilado y su caballo blanco atado en la puerta, listo para salir. Era enero y hacía calor. ¿Por qué te vas ahora?, preguntó su esposa Remedios.

La misma pregunta tuvo que escuchar Bolívar cuando partía rumbo a Guayaquil para entrevistarse con San Martín. Esta vez no fue su esposa quién le preguntó, sino sus más cercanos colaboradores que, después de tantos combates, estaban ávidos de dos cosas: descanso y nuevas hipótesis de conflicto.

Se usa mucho -y no voy a ser menos- repetir que la historia se presenta primero como tragedia y después como comedia. Alguien tuvo la osadía de preguntarle a Karl Marx, autor de esta afirmación, en qué se basaba para sostener esta idea. Ofendido, como era de esperar, con el puño levantado -como también era de esperar-, respondió de muy mal modo.

Es interesante ver cómo en diferentes lugares, aunque en épocas similares, la respuesta a las tres preguntas fue la misma. "Son cosas mías", respondieron Don José, Don Simón y Don Carlos. Es sorprendente ver cómo la historia vuelve a repetirse: "Son cosas mías", justificó Don Julio su negativa a Oscar Ruggeri como ayudante de Maradona, aunque dudo que esta vez se trate de una comedia.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes herreros.

Con el mito de los metales, Platón busca justificar su teoría sobre la estratificación del Estado. Más allá de no compartir en absoluto esta idea tan suya, hay que reconocerle, entre otras muchas cosas, una gran capacidad creativa.

Cada uno de nosotros, dice Platón, ha recibido por parte de los Dioses una inyección de metales en su alma. Mayor cantidad de oro para los filósofos, de plata para los guardianes, cobre y hierro para los artesanos y pastores. De acuerdo a la proporción de metales, a cada alma le corresponderá una clase social.

Según este mito, entonces, un filósofo nunca podrá ser pastor ni un pastor (y acá está el temita) podrá ser filósofo y ocupar un lugar destacado en la polis. Supongo que los pensadores de la antigua Grecia podrían compararse a los políticos de nuestros días; y con los últimos cambios en la política mundial, volví a recordar el platónico mito de los metales.

En la madrugada electoral de Estados Unidos, después de largas horas de espera, Barack Obama (el "joven, bello y bronceado", como dijo Berlusconi) le hablaba al mundo. Y en esa trasnochada confirmé, al menos esta vez, que en el reparto de metales me tocó el hierro. Mientras Obama decía "yo tengo un sueño", a mí me sobraba el artículo.