jueves, 18 de diciembre de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes malevos.

Me resisto a pensar que todo tiempo pasado fue mejor. Creo, sí, que el tiempo ayuda a ver mejor las cosas. Escuchar un disco de Charly García, del Charly de los años 80, permite descubrir -confirmar sería lo correcto- a un gran artista.

Pero si dejamos de escucharlo y leemos sobre su estado de salud, la cosa puede preocupar o disgustar. A mi, claramente, me preocupa. Creo que es, sin dudas, el mejor músico de rock que tiene Argentina, aunque cuando leí que un roquero, que el gran trasgresor, tomaba mate dulce, las dudas me invadieron.

En estos días no paro de cantar un tango de Discépolo. Un tango que siempre cantaba Chiche Ferro por los pasillos de Canal Nueve poniendo voz y actitud de tanguero. Chiche tomaba mate en un engendro vergonzoso: un termo con mate incorporado.

Para tomar mate con ese "coso" (perdón, pero no le encuentro otra definición) había que chupar de la bombilla de plástico que traía incorporada y el agua del termo pasaba a través de la yerba. No había que cebarlo, se auto cebaba.

"Decí por Dios qué me has dao, que estoy tan cambiao, no sé más quién soy", entonaba mi amigo mientras caminaba con el mate y un papel en la mano (para disimular que estaba trabajando, que iba hacia algún lugar). Después de tomar el último mate dulce de esta mañana, no sé si cantar "Vos también estabas verde" de Charly, o seguir con "ya no me falta pa' completar más que ir a misa e hincarme a rezar".

viernes, 5 de diciembre de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes anaranjados.

Hace un tiempo comentábamos con Javier y Silvina sobre las virtudes del jugo de naranja recién exprimido. Desde hace un año -con inesperada continuidad- beber un vaso de jugo natural se ha convertido en una sana costumbre antes de salir de casa cada mañana. Pero para hacerlo es necesario un práctico exprimidor.

Con Javier coincidíamos en la comodidad de los exprimidores manuales, los que tienen una palanca y poco más. Son fáciles de lavar, decía mi amigo; y ahí fue cuando Silvina mostró sus naturales reflejos femeninos: ¡pero si vos nunca lo lavaste!, increpó ganadora. Pasaste la prueba del exprimidor, dijo él. Hace una semana se casaron.

Cuando salí de la ducha casi listo para ir a trabajar, me encontré sobre la mesa un jugo de naranja recién exprimido. Grata sorpresa, sin dudas. Y en ese momento recordé la charla con mis amigos recién casados. El exprimidor ya estaba lavado y en su lugar. Prueba superada.