domingo, 6 de enero de 2008

Apuntes, despuntes y añorados pespuntes.

Se dice que todo tiempo pasado fue mejor. No estoy de acuerdo. También que todo tiempo pasado fue anterior, y aquí sí -obviamente- coincido. No hacerlo dejaría al descubierto una tozudez espeluznante -de la que no carezco, pero sí combato-.

Hay, en general, cierta tendencia a pensar que recordar es añorar. No creo que así sea, al menos no siempre, o no para mí. Escucho mucho tango, y si bien debería moderar la dosis, lo hago porque me gusta. No hay -o no creo que haya- otro motivo por el que escucho al Sexteto Mayor, a Piazzolla o a Goyeneche.

El pasado se hace presente gracias a diferentes estímulos. Creo que el olfato es uno de los sentidos que con mayor fuerza nos invita a recordar. El olor del pan a media mañana detiene mi reloj a las diez, cuando sonaba el timbre para ir al recreo. Me veo haciendo fila para llenar mi taza con mate cocido, y mi estómago con galleta recién hecha. Recuerdo y disfruto, pero no añoro.

No querer regresar al pasado (revivir la juventud parece ser el mejor -y más añorado- de los recuerdos) puede ser un síntoma de exceso de realismo, exagerado racionalismo o, simplemente, de disfrutar del presente. Voto por las tres juntas, y algunas a mi pesar.

Posiblemente la medida del tiempo transcurrido influya sobre la intensidad y la voluntad de revivir lo recordado, pero aunque el pasado lo conozco, el futuro se me resiste: no sé si añoraré los tiempos transcurridos. Pensándolo bien, no será por falta de motivaciones, que las tengo... y pensándolo mejor, algunas las añoro. Hasta la próxima.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay hechos o cosas que recuerdo y disfruto y otras, que recuerdo y añoro(me las reservo), pero lo que si creo que hoy hemos perdido la capacidad de asombrarnos ante las cosas mas simples! Elena Raquel

Fernando Salceda dijo...

No está mal añorar algunas cosas, siempre y cuando no se viva en una "saudade" permanente. Ojalá algunos de los que siguen haciendo las mismas cosas de hace años y hasta siglos se limitaran a añorarlas y no las revivieran. Viviríamos en un país un poco mejor, probablemente.

Gran abrazo.

Unknown dijo...

Coincido completamente que el olfato es el sentido que mejor nos hace recordar, por no decir revivir aquellos momentos.
El olor a la cocina de la abuela Victoria cuando tomabamos la leche... estoy ahi, sentada esperando mientras ella me corta el pan en pedacitos para hacer "sopitas"...
y lo añoro, ese si que no es solo un recuerdo...
besos
Vic