martes, 12 de febrero de 2008

Apuntes, despuntes y pespuntes amorosos.

Además de regalar flores, chocolates, osos de peluche y promesas de amor eterno, el día de San Valentín invita a románticas cenas, con velas y todo. Pero es importante tener en cuenta ciertos detalles para evitar desagradables consecuencias.

Es fundamental elegir el menú con visión de futuro. De dos futuros: el económico y el físico. Cada uno tomará sus precauciones monetarias para no comprometer el mes en curso, así que -modesta y masculinamente- sugeriré algunos detalles para esa noche tan especial.

Cosas cómodas y discretas. No se puede comer un plato de pasta con crema o salsas riesgosas para la ropa y el estómago. Ella puede pedir lo que más le guste, pero nosotros no; porque no es la cena en sí lo que nos importa. Con un trozo de carne y unas verduras a la plancha estamos hechos. Si esto nos parece poco, una entrada de jamón y un poco de queso alcanza.

Claro que si el jamón es demasiado salado, se añade un pequeño riesgo. Señores, a ustedes me dirijo: no podemos perder de vista nuestro objetivo final, nuestra responsabilidad de género en esta noche tan particular. Moderación con el vino. Si nos invade la sed, agua amigos. Agua.

Finalmente llega el esperado momento del postre. Y aquí sí, aquí sí podemos dejarnos llevar y liberarnos completamente: una manzana -o más, verán ustedes- roja y dulce es lo que recomiendo, aunque nos cueste el paraíso.

Pero si no tienen una manzana a mano, entonces amigos, de nada sirven los consejos anteriores. A tomar y comer como se debe -bien, mucho y pesado-; y a dormir, que cuando este moderno invento pase, faltará un año para el próximo San Valentín y ya habrá tiempo para planificar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver si entendí….hacemos lo que tu dices y no lo que tu haces?
No se por qué, pero te imagino tan lejos de las flores, osos de peluche, las velas y ni hablar de las promesas de amor eterno!
Picadita importante con cerveza, asadito con vino tinto, algún postre y dos tres cuatro…cuba libre, mirando las estrellas, como para ir terminado la noche, así sería mi perfecto día de San Valentín.
Bueno Señores, de lo económico y el físico nos ocupamos otro día!! Jaja 
Saludos, Ro

Anónimo dijo...

Sigo siendo tan creyente como siempre, pero...en esta caso me quedó con un "Don Valentín", al santo para otro día...
Arturo

Fernando Salceda dijo...

Ya llené la heladera y le di cuerda al reloj, no vaya a ser cosa que justo esta noche le dé por andar más lento.

Abrazo, Maestro

Mauricio Monte dijo...

Mirá, si te desvelaras esta noche, no deberías hacerte ningún problema. Pensá que podes encender la luz, ir al baño, ir a la heladera, tomarte algo, encender el televisor y si no te gusta, lo apagás, pones la radio, buscas la música que más te guste, y si te da sueño, te volves a dormir. todo eso sin que nadie te diga absolutamente nada. No son pocas como ventajas.