martes, 6 de noviembre de 2007

Apuntes, despuntes y pespuntes de... ¿de qué?

Convengamos que la poesía no ayuda: "el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos". Y en cada conversación (y también en cada beso, por qué no) la búsqueda, ya no de una respuesta, sino de La respuesta. Vivir con seguridades pasajeras (sabemos que lo son, aun sin admitirlo), es tan negativo como hacerlo con dudas eternas. El exceso de seguridad lleva -casi siempre- a la soberbia. La inseguridad -cuanto menos-, al egoísmo.

El tiempo es -se me antoja- un aliado. Un aliado del enemigo, si es que lo hubiera. Cada día se parece a un año, y cada año que pasa, a una vida que se va. Y si complicado es vivir preguntándose qué es lo que uno debería hacer; no cuestionárselo, es fatal. Supongo -con exceso de arrogancia y escasez de convicción- que quienes no se cuestionan nada viven felices. Lo supongo, pero no lo espero.

Vivo con dudas. No dejo de preguntarme qué es lo que tengo que hacer. Y me respondo con inútiles preguntas; por retóricas y por inútiles. Pero también sé que no podría vivir de otra forma. No me interesa la felicidad del distraído. Prefiero que la desazón sea el punto de partida, y no llegar a la meta sin darme cuenta.

Quiero, y de esto sí estoy seguro, poder elegir. Que cada decisión que tome sea mía, compartida (siempre es mejor) o autónoma. Pero eso sí: deseo fervientemente ser parte activa en la elección de mis destinos, y no un inerme testigo de mis propios desenlaces. Hasta un próximo -espero cercano- despunte.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparto todo, comprendo todo, siento todo... Beatriz

Fernando Salceda dijo...

Una vez más, impecable. Lejos del humor de otros apuntes, despuntes y pespuntes; pero igual de placentero para leerlo.

Gran abrazo.

Anónimo dijo...

me animé...ahora el feedback te lo escribo acá... me encantó.
Ranking, mejores primero, de qué segundo... bacione