lunes, 12 de noviembre de 2007

Apuntes, despuntes y pespuntes de... revistas.

El cine siempre, las Para Ti antes y las Cosmopolitan hoy, han causado mucho daño en las relaciones de pareja. Exigen, sin compasión, comportamientos extremadamente románticos para cualquier persona. Sobre todo si esta persona es un hombre (convengamos y aceptemos).

Así las cosas, las opciones se reducen y las consecuencias se hacen patentes. Con extrema facilidad nuestros discursos se vuelven empalagosos. Casi como si escribiéramos un bolero en cada declaración de amor; o cada vez que solicitamos, gentilmente, que nos alcancen la sal. Un lenguaje que de tan dulce corre el riesgo -cada día- de transformarse en diabético.

Con sorpresa me detengo frente a los quioscos de revistas: "Diez consejos para ser una diosa", clama un titular. "Cómo conquistar a tu príncipe azul", promete otro. Demasiado fácil para ser cierto. Tan inverosímiles como las promesas de las revistas de manualidades. La carpintería parece ser el pasatiempo preferido.

Hay quienes dicen que fue una venganza después de ser parte del trío más inocente y menos erótico de la historia de la humanidad. Otros, que fue la energía provocada por un cálido mate al despertar. El motivo no importa. Pero después de una tarde con grandes movimientos -dictados por la pasión y promovidos por la escasa frecuencia o la frecuente escasez (sólo a veces)- una amiga compró una revista que enseñaba cómo transformar una normal cama de cuatro patas en un somier apoyado en el suelo. Y lo logró.

No ha sido la única que ha caído en tentaciones editoriales. Conozco a varias personas que, aun siendo carpinteros, se han dedicado al tejido. Patas de lana autosuficientes, que le dicen. Hasta la próxima.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Las camas con patas son una obviedad... sin ellas, las camas hablan de que algo pasó (por lo general...) y esta vez, ese algo fue absoluta pasión. Lo que no pudimos encontrar, fue la forma de arreglar esa cama... (ni siquiera en las revistas), y así, evitar la sorpresa de los visitantes ante tan raro lugar reservado al sueño... y otros placeres... Envidiable lo nuestro, no?

Mauricio Monte dijo...

Hay que seguir comprando revistas (de todo tipo), y tal vez se encuentre la solución (o variación). De todas fromas, los comentarios hay que firmarlos.

Fernando Salceda dijo...

Me quedó haciendo ruido eso de la "escasa frecuencia" o "frecuente escasez". Por lo demás, plenamente de acuerdo. Gracias a esas benditas revistas, uno termina compitiendo con un ente que hace todo bien, que es alto, fisicudo, regala flores, escribe poemas y todas esas cosas. Las minas saben que ese tipo que describe la revista no existe, pero tienen la crueldad de compararnos con él para, de esa manera, tener un reproche siempre a mano para hacernos. Así, nuestro mejor esfuerzo y predisposición alcanzan, en el más afortunado de los casos, para lograr un digno empate.

Gran abrazo, Maestro.

Anónimo dijo...

Fernando, puede que sea verdad que las mujeres los comparemos a uds. con el “ideal de la revista”, y por eso siempre tenemos algo para reprochar…pero podría contarte un poquito sobre mi ex, y así quedaría en evidencia que a veces hacen merito para quedar tan lejos de ese “ideal” y por ende nos obligan a comparar, a reprochar y a quedarnos siempre con eso que no existe, pero que de alguna manera nos permite soñar con el día en que encontremos a ese gran hombre…
Éste hombrecito hacía algunas cosas bien, algunas; no era alto y muy poco fisicudo, ah! pero regalaba flores, muchas flores… ARTIFICIALES!!!!, y no escribía poemas sino que regalaba tarjetas…tenía un grave problema a la hora de la elección, ya que cuando era el día de la mujer me llegaban tarjetas que decían un lindo “Feliz Cumple”, por ejemplo. Eso si! Actitud no le faltaba, le ponía toda la onda y era muy atento, tanto que pude decorar mi habitación con cajitas musicales!
Bueno, podría contar varias cosas más, pero creo que es suficiente, al menos fue divertido.
Saludos

Mauricio Monte dijo...

y siguen los anónimos...

Fernando Salceda dijo...

Mi estimada anónima:

Lamento tu mala experiencia, pero haberla vivido no te habilita a meternos a todos en la misma bolsa ni a presuponer, a partir de tu decepción, que todo aquel se te acerque sea igual o parecido a tu ex.
No es justo, me parece, que una persona deba competir permanentemente con lo que otra espera que sea, cuando el punto de partida de cualquier relación es la aceptación integral del otro, con sus virtudes y defectos (siempre que no se trate de condiciones inaceptables según los valores de cada uno).
El hábito ha instalado a las mujeres en la posición de requeridas y con la última decisión en su arbitrio. Pero a nosotros también nos gusta ser, de alguna manera, "conquistados" y esperamos señales de ustedes; por sutil o evidente que sea, desde un retruque apropiado a una insinuación o la comprensión de un punto de vista diferente u opuesto hasta un viaje que permita un encuentro esperado desde hace mucho tiempo.

Anónimo dijo...

Fernando con los botines de punta!!!
Ahora me pongo un poquito seria...
De ninguna manera mi intención fue ponerlos a todos en la misma bolsa, si fue eso lo que se interpretó, pido disculpas, seguro me expresé mal.
Al leerte recordaba todas esas y unas cuantas “cositas” más vividas con mi ex, y me pareció divertido compartirlas, hoy me causa gracia, me divierte contarlo.
Por suerte conocí muchas personitas que nada tienen que ver con las de las revistas (porque no regalan flores –chiste!-) pero que me han llenado el alma de felicidad, disfruto mucho de lo que tengo al lado.
Soy una fanática de los hombres (espero que esto tampoco se malinterprete), por mas que reniegue con frecuencia.
Ah! Y me encanta que les guste y se dejen conquistar, como también me encanta sentir que quien está conmigo espere siempre un poquito mas de mi.
Saludos.

Fernando Salceda dijo...

Al final, estimada anónima, llego a la conclusión de que estamos de acuerdo.
Esperemos al próximo incentivo de mi querido amigo Mauricio (no sé de qué manera llegaste a su blog y/o a su vida) para continuar el debate.

Saludos desde la muy fría Colonia.

Anónimo dijo...

Mi dispiace se interrompo una discuzione argentina-spagnola...
Anche nella parte nord del mondo si sogna di fiori
Ma si apprezza di più una luce negli occhi
Val